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sábado, 16 de enero de 2010

EL SUEÑO DEL HUMANITO Y LA BELLEZA


Anteanoche tuve un sueño. Fue, en su última parte, casi una pesadilla. Estaba tratando de explicar a alguien mi idea de la belleza, e iba buscando una imagen que la representara.

Recorríamos un paisaje que, poco a poco, llegaba al punto de la belleza. Se hacía rogar, pero finalmente apareció ante mis ojos.

Era una especie de edificio o elemento que destacaba sobre el llano, y fue definiéndose poco a poco.

En ese momento le dije a mi acompañante: Es eso, mira allí, allí está.

Al mismo tiempo que se iba definiendo la imagen, vi que estaba de pie, de forma inestable, sobre una cornisa de piedra; y curiosamente – en el sueño soy consciente de esta rareza – en el último instante en que la imagen de la belleza se concretaba, mis pies resbalaban hacia el vacío, y le pedía a mi amigo que me ayudase a sostenerme.

Asociaciones con el sueño:

Me parece una situación relacionada a la cuestión del significante. Lo natural es buscarlo, por lo cual, cuando lo encuentras, te ves amenazado. ¿Qué hacer, humanito, ante esta especie de condena a que la búsqueda obliga?

- Buscar, sin encontrar jamás, es tu destino.

Quien se empecina en quedarse con los productos de lo buscado, construyendo un mundo de cosas encontradas, se torna fanático y destructivo; tanto para él como para los otros.

El humanito, que se cree mucho y es poquito, tiene razones basadas en su dependencia inconsciente (del significante), para creerse mucho. Y para ser poquito también tiene razones: las de poner pies en polvorosa.


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