La droga más poderosa es la mente.
“Aunque es posible que
ese carácter irredento no supusiera una alternativa a la fantasía de la
rehabilitación, sino que más bien constituyera otra clase de fantasía. Es posible
que esa actitud de "a tomar por culo" fuera otra fantasía. Es posible
que nuestra visión colectiva de su alquimia, de esa fusión entre dolor y
melodía, se basara en un mito que no era del todo real. Tal como lo expresó el
poeta John Berryman, hasta él tuvo que luchar contra el "engaño de que mi
arte dependía de mi alcoholismo". Era un engaño que Berryman creía que
debía romper si quería llegar a estar sobrio.” *Leslie Hamilton
Creo, como Hamilton,
que la droga más poderosa es la mente; en este sentido, que el vino era la
propia Amy.
No hay todo, eso es
todo. La mente trabaja buscando el absoluto, tratando de hallar la existencia
del todo.
No lo hay, pero ella no
ha de dejar de buscarlo. Es la droga del pensar humano que, cuando no pone en
funcionamiento este mecanismo de buscar lo absoluto, se droga con sustancias
químicas o con conductas de las que se vuelve dependiente sintiendo que con eso
lo consigue.
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