“Hablante
ser”, “hablente”, “parletre” (en francés).
El
ser que habla, ese es el humano, organizado por los símbolos propios del
lenguaje que habita a este curioso parletre.
Como el dicho bíblico del “Génesis”, comienzo
de la biblia hebrea: “En el principio fue el verbo”.
El
universo era un enorme vacío; la voz de Dios habló y, abrumado por su retumbar
infinito, el ser humano lo cubrió de sentido. El vacío se cubrió de colores.
El
hombre no es Dios, pero su retumbar universal es omnipotente. ¿Bueno o malo?
Es
lo bueno y lo malo del ser humano. Como toda realidad es vista a través de los
símbolos que lo habitan, de los símbolos que es, puede ver cualquier cosa, según el color del cristal, según los
símbolos con que la mire. Por eso es capaz de hacer las más grandes maravillas
y las más horrendas construcciones.
Tenía
razón Enrique Pichón Riviere, el organizador del psicoanálisis argentino,
cuando nos dijo en una clase magistral en la facultad de medicina: Ya saben
chicos, darle el lenguaje a un perro es una crueldad.
Así
como lo descubriera en sus últimos años el mismo Sigmund Freud en Viena, en que
aprendió a convivir con sus mascotas perrunas; que prefería la compañía de los
perros a la de los humanos, porque eran más simples, más predecibles, decía. Confesaba
que era un descubrimiento de su mayoría de edad, porque durante toda su vida no
se había sentido interesado por los animales.
No
es poco lo malo y no es poco lo bueno que el ser hablante es capaz de enfocar
en la realidad. Eso somos y con esa condición hay que contar, para aprender a
convivir con la sociedad y con nosotros mismos.
Dr Enrique pichón Rivière fue un grande, y decirles eso " Ya saben chicos, darle el lenguaje a un perro es una crueldad" es una claridad que como dices que descubrió Freud en su mayoría de edad, el lenguaje es lo que nos hace humanos, y eso no necesariamente es bueno o malo, es un problema, diría yo.
ResponderEliminarSaludos dr.