“Pide que se
regulen las drogas blandas”, dice el titular el artículo del El País de Cali, de 12.12.2012. “Los
sistemas de regulación funcionan mejor”, agrega. “La prohibición aumenta el
consumo y regular las drogas genera menos violencia.”
Nos sentimos de
acuerdo con estas tesis.
Como psicólogo,
no me he atrevido a hacer una afirmación tan rotunda en este sentido de que la
prohibición aumenta el consumo, ya que desde el punto de vista científico esto
no puede considerarse seguro al menos en todos los casos. Pero la clínica nos
muestra que esto tiende a confirmarse en general en la vida psíquica humana.
Por otra parte,
que regular las drogas genera menos violencia, nos parece visible a simple
vista ya que, al sustituir el Estado la cadena de producción y distribución,
deja sin oficio al comercio ilegal, generador de desgastantes guerras, con
terribles pérdidas de vidas humanas y grave disminución de la gobernabilidad,
en tanto los gobiernos se ven obligados a gastar gran parte de sus energías en
combatir la criminalidad y la infiltración corrupta en sus sistemas. Hay en
efecto, otras cosas de que es menester ocuparse para sacar adelante sus países.
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