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sábado, 22 de septiembre de 2012

NUESTRO QUERIDO HUMANITO, HALLADO EN




“Aureliano Buendía rasguñó durante muchas horas, tratando de romper, la dura cáscara de su soledad. Sus únicos instantes felices, desde la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo, habían transcurrido en el taller de platería, donde se le iba el tiempo armando pescaditos de oro. Había tenido que promover 32 guerras, y violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.”

De: Cien Años de Soledad
Gabriel García Márquez
Aracataca, Colombia (Marzo, 1927)

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