Sin estar al tanto de los detalles de la discusión sobre la naturaleza del post modernismo, me sirvo del espacio especulativo de lo literario – ensayo literario o literatura sobre ideas, como lo enseñó Borges – para desarrollar algunas intuiciones acerca de este supuesto o real cambio de tercio en la historia del pensamiento.
Algunos han situado el tiempo del post modernismo con la expresión de “el fin de los grandes relatos”, refiriéndose a que la historia del conocimiento habría incluido un nuevo paradigma que reconoce un grado de determinación abierta en todo conocimiento, una caída en desuso de las grandes concepciones o teorías.
Un mecanismo como el que la teoría psicoanalítica ha descripto para la conciencia, al considerarla producida por lo inconsciente.
Aunque el sujeto no puede sustraerse de la sensación de verdad absoluta de su consciencia, por otro lado la razón teórica muestra que estos sentidos están producidos por lo inconsciente; siendo lo inconsciente un sistema no regido por el sentido, sino por combinaciones de las formas del lenguaje. Queda refutado el sentimiento de verdad que siente.
En la teoría del significante de Lacan, una especie de ruedita constituida por palabras – por el sonido de las palabras, por la parte acústica o fonética de las palabras - que no puede cesar de combinarse; produce inevitablemente sentidos correspondientes a cada forma en que se combinan estos significantes.
Este tipo de determinación para lo psíquico, del sentido siempre en movimiento; habría sido incorporada como paradigma en la teoría del conocimiento.
Su resultado la noción de post modernismo.
Esta teoría del conocimiento, consciente de la dependencia que tienen los saberes, de un espacio que los determina, que los afecta, independiente del saber consciente; que ha sido vendida como una etapa en la historia del conocimiento, como un nuevo tiempo de producción o como una nueva era del saber, al parecer ha sido bastante comprada.
Este paradigma de la sobredeterminación de la verdad consciente, no nos parece por lo tanto algo nuevo.
Pero, como suele ocurrir en el trabajo de las ideas, no es tanto la verdad sino el lugar que ocupa, lo que produce los más fuertes efectos de saber.
Goedel lo formuló para las bases matemáticas de la ciencia. Freud lo hizo para la conciencia del hombre, al cual, a partir de ahí, lo llamó sujeto.
El post modernismo sería el efecto de colocar esta verdad entre los paradigmas que sitúan la historia del saber.
Algunos han situado el tiempo del post modernismo con la expresión de “el fin de los grandes relatos”, refiriéndose a que la historia del conocimiento habría incluido un nuevo paradigma que reconoce un grado de determinación abierta en todo conocimiento, una caída en desuso de las grandes concepciones o teorías.
Un mecanismo como el que la teoría psicoanalítica ha descripto para la conciencia, al considerarla producida por lo inconsciente.
Aunque el sujeto no puede sustraerse de la sensación de verdad absoluta de su consciencia, por otro lado la razón teórica muestra que estos sentidos están producidos por lo inconsciente; siendo lo inconsciente un sistema no regido por el sentido, sino por combinaciones de las formas del lenguaje. Queda refutado el sentimiento de verdad que siente.
En la teoría del significante de Lacan, una especie de ruedita constituida por palabras – por el sonido de las palabras, por la parte acústica o fonética de las palabras - que no puede cesar de combinarse; produce inevitablemente sentidos correspondientes a cada forma en que se combinan estos significantes.
Este tipo de determinación para lo psíquico, del sentido siempre en movimiento; habría sido incorporada como paradigma en la teoría del conocimiento.
Su resultado la noción de post modernismo.
Esta teoría del conocimiento, consciente de la dependencia que tienen los saberes, de un espacio que los determina, que los afecta, independiente del saber consciente; que ha sido vendida como una etapa en la historia del conocimiento, como un nuevo tiempo de producción o como una nueva era del saber, al parecer ha sido bastante comprada.
Este paradigma de la sobredeterminación de la verdad consciente, no nos parece por lo tanto algo nuevo.
Pero, como suele ocurrir en el trabajo de las ideas, no es tanto la verdad sino el lugar que ocupa, lo que produce los más fuertes efectos de saber.
Goedel lo formuló para las bases matemáticas de la ciencia. Freud lo hizo para la conciencia del hombre, al cual, a partir de ahí, lo llamó sujeto.
El post modernismo sería el efecto de colocar esta verdad entre los paradigmas que sitúan la historia del saber.
Luis Schnitman. Cali, Colombia. 22.8.2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario