“El
artista sueña para la comunidad entera y tiene para la comunidad, la misma
ventaja liberadora que el sueño tiene para el individuo.
Los
libera de ciertos instintos mortíferos, de ciertos instintos sádicos. En la
medida en que yo me libere se ha liberado mucha gente en el mundo.”
Esta
reflexión coincide con la base del psicoanálisis comunitario, donde
consideramos que todos los seres humanos tenemos algunas palabras que, para ser
dichas, esperan que las escuche alguien que posea una sensibilidad hacia lo
inconsciente.
Estos
sueños de la comunidad, al ser trabajados, transforman la realidad psíquica,
que forma parte de la realidad material.
Al
cambiar el destino psíquico del sujeto, cambia la realidad.
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