*Interpretación versus Formalización.
“En una
situación concreta, la verdad UNIVERSAL puede articularse sólo desde una
posición completamente PARTIDARIA - la verdad es por definición unilateral. (Esto, por supuesto,
va contra toda la doxa predominante del compromiso, de hallar un término medio
en el camino entre la multitud de intereses contradictorios.) ¿Por qué no,
entonces, descarada y valientemente AVALAR el fastidioso reproche común según
el cual, el marxismo es una “religión secularizada”, con Lenin como el Mesías,
etc.? Sí, asumir el punto de vista del proletariado ES EXACTAMENTE como dar un
salto de fe y asumir un compromiso subjetivo pleno para su Causa; sí, la
“verdad” del marxismo sólo es perceptible para aquellos que logran dar este
salto, NO a cualquier observador neutro. Lo que la EXTERNALIDAD quiere decir
aquí es que esta verdad es, no obstante UNIVERSAL, no sólo desde el
punto-de-vista de un sujeto histórico particular: se necesita a los
intelectuales “externos” porque la clase
obrera no puede percibir SU PROPIO LUGAR inmediatamente dentro de la totalidad
social que le permita lograr su “misión” - esta visión tiene que ser mediada a
través de un elemento externo.
¿Y por qué no
enlazar estas dos externalidades (el de la experiencia traumática de lo Real
divino, y el Partido) a un tercero, al del ANALISTA en la cura psicoanalítica?
En los tres casos, estamos tratando con la misma imposibilidad que lleva al testigo a un obstáculo materialista: no es
posible para el creyente “descubrir a Dios en él”, a través de la
auto-inmersión, comprendiendo su propio Yo espontáneamente - Dios debe intervenir desde fuera,
perturbando nuestro equilibrio; no es posible para la clase obrera actualizar
su misión histórica espontáneamente - el Partido debe intervenir desde fuera,
agitándolo fuera de su espontaneidad auto-indulgente; no es posible para el
paciente/analizante analizarse - en contraste con la auto-inmersión del
gnóstico, en el psicoanálisis, no hay ningún auto-análisis exitoso, el análisis
sólo es posible con un núcleo extraño que de cuerpo al objeto-causa del deseo del sujeto. ¿Por qué, entonces, esta
imposibilidad? Precisamente porque ninguno de los tres sujetos (el creyente, el
proletario, el analizante) es un agente egoísta
de la auto-mediación, sino un agente descentrado que lucha con un núcleo
extraño. Dios, el Analista, el Partido - las tres formas del “sujeto supuesto
saber”, el objeto transferencial, sea cuál sea, en cada uno de los tres casos,
uno oye la afirmación “Dios/ el Analista / el Partido siempre está en lo
correcto”; y, como ya estaba claro en Kierkegaard, la verdad de esta
declaración siempre es su negativo - el HOMBRE siempre está equivocado. Este
elemento externo no representa ningún conocimiento objetivo, es decir su
externalidad es estrictamente INTERIOR: la necesidad del Partido proviene del
hecho de que la clase obrera nunca es “totalmente”.”
Para uno que practique la meditación zen cada día, este artículo es tremendamente provocador. No sé por qué (o sí) me trae a la memoria mi reciente lectura de "La religión y la nada" de Keiji Nishitani, el último y más significativo miembro de la llamada Escuela de Kyoto.
ResponderEliminarGracias por estas dosis de sabia crítica.
Mobesse. Gracias por tu lectura y comentario.
ResponderEliminarLuis S.