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lunes, 30 de julio de 2012

MODERNIDAD O ANTIGÜEDAD: PSICOANÁLISIS.




Cuando Lacan abrió su espacio dentro del psicoanálisis planteando la crítica a la Psicología del Yo estadounidense, diciendo que había extraviado el concepto de inconsciente centrando el psiquismo en el Yo, sostuvo una curiosa idea: “Los post freudianos son en realidad pre freudianos”.

En estos 20 años de mi práctica en Madrid, he sido confrontado por distintas ideologías vigentes en un país que llega a la Europa moderna medio siglo después de la largada, lo que le ha producido atracones de post modernidad en un esfuerzo hercúleo de arrancarse de una historia muy antigua.

Estas críticas, centradas en la idea mundial que “el psicoanálisis está reevaluado”, toman su punto de partida en la filosofía de la consciencia representada en su cumbre por Descartes, considerando ciencia lo que puede ser cuantificado, cosa que deja fuera de juego de un plumazo el surrealismo en el arte, la antropología estructural en epistemología y el psicoanálisis en psicología. Son sueños, cuentos de hadas. ¡Eso! Cuando se pierde el rumbo surgen las paradojas para orientar el barco.

¡Cuentos de hadas!, ¡Sueños!, vino a decir Freud, es de lo que están hechos los hombres, seres simbólicos, animales hablantes.
Como dice España en su sabiduría popular: “En el pecado está la penitencia”, lo que significa que el error destapa la verdad.

Mi respuesta a estas críticas sigue siendo: Son ustedes antiguos.

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