Páginas

jueves, 27 de noviembre de 2008

¿HASTA DONDE AFECTA INTERNET A LA FORMA DE PENSAR?

Afectaría en un cierto nivel dentro de la instrumentación del pensamiento, en la velocidad de los desplazamientos entre temas y la velocidad de pasar de unos a otros.
No afectaría en cambio al fundamento del pensamiento que sigue basándose para nuestro entender, en la teoría del significante de Lacan.
El lector, ante esta síntesis, podrá pensar que estamos cayendo en cierta falacia, en el sentido de que plantear que los fundamentos del pensamiento no son afectados, es afirmar algo obvio; algo así como decir que no se puede pensar sin pensar.
En todo caso, aún a riesgo de caer en una obviedad, nos parece conveniente reivindicar que el acto de pensar tiene un fundamento; vale decir una base universal inamovible que hace que sea posible. Somos conscientes que ello equivale a plantear un axioma, algo que es necesario aceptar para poder desarrollar la idea; lo que nuestros maestros nos han enseñado que resulta necesario aceptar como necesidad del sistema de ideas.

En “El País” de Madrid, 10 de octubre de 2008, en un artículo titulado “Internet cambia la forma de leer y de pensar”, se plantea que enfrentarse a la lectura de textos largos ya es un problema, y que el cambio en la forma de buscar el conocimiento afecta al pensamiento.
Un experto se pregunta: ¿Está Google volviéndonos tontos? Es Nicholas Carr, especialista en información y comunicación, en un artículo publicado en la revista The Atlantic. Dice que ya no puede sostener la atención de forma prolongada y profunda en la lectura de textos largos. “La lectura profunda que solía hacer de forma natural se ha convertido en un esfuerzo”. Dice: “Los medios suministran el material del pensamiento pero también modelan el proceso de pensar”. Cree que amenaza nuestra capacidad de concentración y atención, adiestrando el cerebro para recibir información de modo rápido y en pequeñas porciones.
Hay otros que dicen que lejos de ser un entrenamiento negativo, puede ser positivo, ampliando las capacidades del pensamiento en lugar de disminuirlas.

En fin, en el terreno de las hipótesis nos hallamos con un debate de interés. En ese sentido, creemos que la capacidad de atención sobre largos textos o desarrollos de ideas, no es lo mismo que la continuidad en el pensamiento. Y por el punto opuesto, el fraccionamiento y la rapidez de la atención, tampoco es sinónimo de fraccionamiento del pensamiento.
Lo largo no implica la continuidad o la coherencia, ni lo corto el fraccionamiento del pensamiento. Son formas de instrumentación, como decíamos, formas de uso del instrumento.
Por eso decíamos que esta discusión estaría centrada en el campo de la instrumentación – de cómo se usa – y no del sistema, de la naturaleza del pensamiento.
Nos apoyamos en que el pensamiento es una estructura de funciones que tiene unas bases inamovibles que son su fundamento; y una forma de uso que puede variar según las condiciones en que se utiliza.

En este sentido rescatamos la “teoría del significante” que da una idea general del modo en que nuestro pensamiento está estructurado.
Esta idea encaja en la concepción que tiene el psicoanálisis del funcionamiento del inconsciente, en el cual el pensamiento halla su forma de funcionar, y halla que esta forma corresponde a los procesos del lenguaje, en los cuales los significantes son la materia que hace que los símbolos expresados en palabras puedan combinarse entre sí.
Según esta idea, la forma de pensamiento depende de las maneras en que se produzca esta combinación, es su consecuencia directa. Esta es la base que da fundamento al pensamiento y no puede cambiarse, es su ley general que lo hace posible. Algo así como que, si las palabras no se combinaran entre sí no podría existir la frase, y a partir de allí todo pensar.
Lo que sí puede variar según las formas de instrumentación, relatos largos, novelas, o Internet saltón, condicionan el uso de las combinaciones, pero no pueden afectar esta dinámica que nos hace pensantes.

Con esto no se agota el tema del artículo reseñado en cuanto a si es una mejoría o un empeoramiento del pensamiento, pero nos deja en su sitio que no se pone en juego el pensamiento mismo. Lo que nos parece una verdad básica a tener presente para ubicar el debate Internet/pensamiento.



Luis Schnitman
Madrid. 13.11.2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario