Como en la época de Hitler, ahora, todo es genético.
Genético es, por ejemplo, lo que hace que los personajes de la tele sean como son, hagan lo que hacen, y tengan el destino que tienen.
¿Qué no se puede ser tan ignorante? - Sí se puede. Basta verlo. Ahora, todo es genético.
En la serie de la tele llamada “Dark Ángel, la heroína”, una película digna de ser tirada a la basura, pero que vale la pena verla por la chica, que es lo menos genético que podamos imaginar, ya que es, digamos, increíblemente humana, buena, capaz, bella, bonita y femenina, y que lucha contra los malos que le dicen que su ADN está totalmente determinado, y que van a averiguar cuales son sus planes, en el análisis de sus componentes.
Da ganas de vomitar.
Esta es la cuestión: Se ha popularizado la idea que toda la conducta humana, está determinada por el ADN corporal. Que el cuerpo determina el pensamiento.
Esto es así, como en la época de Hitler. Bajo su gobierno ésta era la ideología, y sus especialistas en estudiar la raza, determinaban un esquema por el cual a cada rasgo físico le correspondía un determinado carácter y un pensamiento específico. Por eso llegaban a la conclusión de que la raza aria era la “raza superior”.
El problema era que la premisa básica era errónea: el trabajo de diferenciación de rasgos estaba basado en la hipótesis de que lo físico determinaba lo psíquico.
En ese tiempo se basaban en los rasgos raciales del cuerpo y ahora se basan en los rasgos del ADN.
¿Cómo puede ser que grandes investigadores estén tan confundidos? Esto era sorprendente en los tiempos del nazismo y nos sorprende también ahora.
Pero conviene recordar que la historia de las hipótesis de trabajo sobre las que se construyen grandes falsas conclusiones, es lo normal en la historia del conocimiento.
Ello fue bien expuesto por Gastón Bachelard en su libro “El espíritu científico – Psicoanálisis del conocimiento objetivo”, en que elabora la noción de “obstáculo epistemológico”.
¿Cuál es la importancia de todo esto?
Que si todo el mundo llega a pensar que todo lo que somos y pensamos es genético, el espíritu desaparece. Para decirlo con más precisión, la idea que tenemos de lo que es el espíritu, desaparece.
¿Cuál es la idea del espíritu que tenemos? – Que es una aventura, una verdadera aventura de invención. Lo que los cristianos llaman el libre albedrío.
Me gusta pensar que hay una parte de nosotros mismos que depende de nuestra propia gestión psíquica, que no estamos totalmente sobre determinados, ni por el ambiente, ni por el cuerpo.
Hay un detalle: que el espíritu sea así, no es sólo una idea de cómo es el espíritu que somos; sino que existen argumentos para demostrarlo.
En la teorización psicoanalítica, podemos sintetizarlo en las leyes del inconsciente de Freud y, en su lúcido seguidor, Lacan, con su “teoría del significante”.
- Pues, así que el Señor tiene demostración, podrá decir el lector. - Pues sí, el Señor la tiene, y deberíais dejar de lado la ironía.
¿Que se os ocurre decir que no creéis en la ciencia? Bueno, bueno, no es una cuestión tanto de ciencia como de conocimiento pero, de todos modos, si decís que no creéis en la ciencia, deberíais dejar de lado los teléfonos móviles, toda la tecnología. ¿Que esto podría ser mejor? Bueno, si optáis por el primitivismo, guay, os espero en la isla.
Si, da igual, en cuanto a lo esencial, pero no es esa la cuestión. La concepción del psiquismo estará en juego siempre, con la tecnología que fuere, el hombre fue un loco desde la época de las cavernas a las cumbres magnéticas de Nueva York, o en Calatayud. Pensamos o no pensamos, y qué entendemos por pensar. Quo Vadis Dómine, la cifra latina: de dónde venimos, dónde estamos y para dónde vamos.
¿Qué eso de pensar es muy complicado? – Es cierto, mejor es el gen.
Luis Schnitman
Genético es, por ejemplo, lo que hace que los personajes de la tele sean como son, hagan lo que hacen, y tengan el destino que tienen.
¿Qué no se puede ser tan ignorante? - Sí se puede. Basta verlo. Ahora, todo es genético.
En la serie de la tele llamada “Dark Ángel, la heroína”, una película digna de ser tirada a la basura, pero que vale la pena verla por la chica, que es lo menos genético que podamos imaginar, ya que es, digamos, increíblemente humana, buena, capaz, bella, bonita y femenina, y que lucha contra los malos que le dicen que su ADN está totalmente determinado, y que van a averiguar cuales son sus planes, en el análisis de sus componentes.
Da ganas de vomitar.
Esta es la cuestión: Se ha popularizado la idea que toda la conducta humana, está determinada por el ADN corporal. Que el cuerpo determina el pensamiento.
Esto es así, como en la época de Hitler. Bajo su gobierno ésta era la ideología, y sus especialistas en estudiar la raza, determinaban un esquema por el cual a cada rasgo físico le correspondía un determinado carácter y un pensamiento específico. Por eso llegaban a la conclusión de que la raza aria era la “raza superior”.
El problema era que la premisa básica era errónea: el trabajo de diferenciación de rasgos estaba basado en la hipótesis de que lo físico determinaba lo psíquico.
En ese tiempo se basaban en los rasgos raciales del cuerpo y ahora se basan en los rasgos del ADN.
¿Cómo puede ser que grandes investigadores estén tan confundidos? Esto era sorprendente en los tiempos del nazismo y nos sorprende también ahora.
Pero conviene recordar que la historia de las hipótesis de trabajo sobre las que se construyen grandes falsas conclusiones, es lo normal en la historia del conocimiento.
Ello fue bien expuesto por Gastón Bachelard en su libro “El espíritu científico – Psicoanálisis del conocimiento objetivo”, en que elabora la noción de “obstáculo epistemológico”.
¿Cuál es la importancia de todo esto?
Que si todo el mundo llega a pensar que todo lo que somos y pensamos es genético, el espíritu desaparece. Para decirlo con más precisión, la idea que tenemos de lo que es el espíritu, desaparece.
¿Cuál es la idea del espíritu que tenemos? – Que es una aventura, una verdadera aventura de invención. Lo que los cristianos llaman el libre albedrío.
Me gusta pensar que hay una parte de nosotros mismos que depende de nuestra propia gestión psíquica, que no estamos totalmente sobre determinados, ni por el ambiente, ni por el cuerpo.
Hay un detalle: que el espíritu sea así, no es sólo una idea de cómo es el espíritu que somos; sino que existen argumentos para demostrarlo.
En la teorización psicoanalítica, podemos sintetizarlo en las leyes del inconsciente de Freud y, en su lúcido seguidor, Lacan, con su “teoría del significante”.
- Pues, así que el Señor tiene demostración, podrá decir el lector. - Pues sí, el Señor la tiene, y deberíais dejar de lado la ironía.
¿Que se os ocurre decir que no creéis en la ciencia? Bueno, bueno, no es una cuestión tanto de ciencia como de conocimiento pero, de todos modos, si decís que no creéis en la ciencia, deberíais dejar de lado los teléfonos móviles, toda la tecnología. ¿Que esto podría ser mejor? Bueno, si optáis por el primitivismo, guay, os espero en la isla.
Si, da igual, en cuanto a lo esencial, pero no es esa la cuestión. La concepción del psiquismo estará en juego siempre, con la tecnología que fuere, el hombre fue un loco desde la época de las cavernas a las cumbres magnéticas de Nueva York, o en Calatayud. Pensamos o no pensamos, y qué entendemos por pensar. Quo Vadis Dómine, la cifra latina: de dónde venimos, dónde estamos y para dónde vamos.
¿Qué eso de pensar es muy complicado? – Es cierto, mejor es el gen.
Luis Schnitman
ser maquinas de carne sobre railes es mejor que ser maquinas de carne con ruedas libres y volante para variar la direccion
ResponderEliminarSociedad General de Fabricantes y Tecnicos Sociales
Estimado Sociedad de Fabricantes y Técnicos Sociales:
ResponderEliminarPodría estar de acuerdo contigo porque tu visión evita la angustia, pero lamentablemente no tenemos esa naturaleza, por lo que tratar de tenerla es un forzamiento que suele producir malos efectos.
Gracias por tu aporte.