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jueves, 16 de mayo de 2019

¿SÓLO SEXO?

Sólo sexo sí, pero no sólo.

Sensualidad


La expresión “sólo sexo” viene usándose para referirse a una relación en que no ha habido una compenetración personal que implique una vivencia de emociones o sentimientos.

Esto siempre ha existido, ha habido relaciones puramente eróticas y otras más afectivas; sin embargo, la denominación de sólo sexo tiene una implicación que nos dice algo del tiempo actual de la sexualidad.

El sentido de que hay relaciones donde no se hace presente lo personal. Como si fuera una relación masturbatoria con otro.

No estamos en contra de que haya relaciones de sólo sexo, sino que creemos ver que en esta expresión no está presente el entramado de las almas que se hablan, se comunican, se entremezclan, en las relaciones sexuales.
Nos sentimos más cerca de un Hölderlin quien decía que tocar un cuerpo era un acto místico y sagrado, un contacto con la eternidad.

A los jóvenes les diríamos que sí, “sólo sexo”, pero no sólo. Porque es muy difícil que en una relación sexual no haya un contacto personal con todo lo que está presente del sujeto en el abrazo.

Los Millennial provienen de una generación anterior de liberación sexual a aquella en que los seres humanos superamos las ataduras morales de la sexualidad, donde tanto hombre como mujer dejamos caer los estereotipos esclavistas de la sexualidad, en que las mujeres sufrían sobre el goce del sexo una condena moral y los hombres tenían en su esposa el modelo de la santa que no goza y ellos gozaban con las amantes o las profesionales.

“Haga el amor, no la guerra”, decía un cartelito en las alcobas de las jóvenes parejas de los tiempos hippies. Fue una hermosa y magnífica liberación.

Pero después nos pasamos de frenada y lo que fue un acceso se convirtió en una condena. Lo que antes estuvo reprimido se convertiría en obligación. Liberación sí, pero no liberación.
Ni los límites rígidos ni la ausencia de límites.

Esto está en la historia contemporánea del sólo sexo, relacionado con el ritual del pensamiento post moderno en que la liberación de la rigidez de las ideas, cayó en la creación vertiginosa de palabras.

Ya nada significa nada, todo es fugaz. Esto fue lo que deseábamos alcanzar, quisimos tener un coche, pero no andar a 300 Km por hora como ahora. Que me guste la velocidad, pero no a 300 por hora. Sé que esto es difícil de entender, parece evidente, pero es lo más difícil que hay. Siempre queremos ir al borde de la muerte. Queríamos vivir en orgasmo permanente, un orgasmo mental, que es el mejor que hay, pero no queríamos como los jóvenes de ahora, evitar tiempos de tontería, de no ser nada. Tenemos que, a nuestros descendientes generacionales, se les está yendo la mano. Y el problema del perreo es que reprime el pensamiento, y sin pensamiento la vida desciende al salvajismo. El sujeto del sistema de producción neoliberal es salvaje.

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