ENTENDER Y ENCARNAR LA IDEA

El proceso de la cura sigue dos pasos, uno es consciente y otro inconsciente.

El primero es la etapa educativa del psicoanálisis: consiste en lograr que el paciente tenga un enfoque adecuado de su problema.

Por ejemplo, para un fóbico no es útil pensar que su neurosis se debe a una herencia familiar, debido a que en su familia hay algunas personas que la padecen, debido a que este síntoma de miedo irracional no se hereda.

Pero, si le informamos de esto esta persona pensará: si no se hereda ¿cómo se explica que yo sufro de lo mismo que sufren dos de mis tíos, uno de mis dos padres, etc.? Tendrá que llegar a entender que las personas muchas veces se identifican con su medio y es posible que la identificación se produzca con un rasgo patológico de su ambiente. Vale decir que estas conductas no se heredan por los genes físicos del cerebro, sino que se pegan y de esta forma se contagian a través de identificaciones.

Cuando haya conseguido entender conscientemente este enfoque del problema habrá recorrido la primera etapa de su cura. Sin embargo el síntoma fóbico seguirá presente.

Tiene entonces que encarar la segunda etapa de la cura. Esta consiste en construir el nuevo enfoque de la enfermedad.

Como dijo Pascal, el corazón tiene razones que la razón no comprende; lo que traducido al campo de los problemas emocionales quiere decir que el inconsciente sigue sintiendo según la concepción anterior que nos ha acompañado a lo largo de mucho tiempo, aunque conscientemente hayamos entendido que estábamos en un error.

Con el nuevo enfoque del problema y la ayuda del terapeuta recorrerá la segunda etapa, consistente en un camino de cambios emocionales que le llevarán a la desaparición del síntoma.

A esta etapa la llamamos la encarnación de la idea. Esta se ha vuelto consciente, ahora ha de encarnarse en el inconsciente.

Primero se ha de hallar el enfoque adecuado para después encarnarlo.