El psicoanálisis nos enseña que no existimos donde creemos que existimos, a nivel del sentido, sino en su continua creación. Dicho con más propiedad, en los dos lados, en el sentido y un paso antes, en el lugar en que este se produce.
Sentimos nuestra identidad a partir de un yo consciente que cada mañana al despertar se encuentra en el mismo lugar del mundo como sujetos de nuestra historia.
Cuando descubrimos que lo que nos hace existir no es el sentido sino su búsqueda podemos caer en una interpretación nihilista de la realidad, entender como quien dijese: no soy lo que creía, me siento desilusionado, nada hay verdad.
Como dio a entender el poeta Menassa joven: “Buscar eternamente no carece de nada, tengo y lo sé, esa es la verdad”.
La realidad humanita es la ilusión. Realidad de ilusión, que no ilusoria, la dimensión del deseo es una verdadera realidad.
A mí sin embargo, me parece que el sentimiento de ilusión no se cura llamándolo "real". Una ilusión sería menos ilusión (y por lo tanto más real) si fuera ilusoria. Supongo que soy un nihilista a pesar mío. Como quiera que sea, esta vida es ilusión, teatro o sueño, pero no tiene ningún sentido. o, para ser menos inexactos, el sentido de la vida no tiene ningún fundamento.
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ResponderEliminarNo, si no hay que curar la ilusión faltaría más. Parece que me he explicado mal. Lo que pretendía decir es justamente que la realidad humanita es de ilusión, pero no ilusoria, sino que justamente por el contrario esta es nuestra interesante realidad psíquica. Por lo tanto no me parece que su posición sea nihilista en absoluto ya que reivindica la realidad de lo ilusorio humano.
ResponderEliminarLo decía Calderón, la vida es sueño y los sueños sueños son. Aquí el psicoanálsis agrega, somos de la materia de los sueños (creo que es una frase de Shakespeare: estamos hechos de la madera de los sueños).
Nihilista sería el que al sueño lo quita validez.
Un saludo cordial y gracias.