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martes, 22 de junio de 2010

MILLER Y EL COMBATE CONTRA LOS COGNITIVISTAS, OBSESIONADOS CON LA INFORMACIÓN.


Miller combate contra la hipótesisdel hombre número del cognitivismo que considera al sujeto como un proceso de tratamiento de la información, como un ordenador.

Nos acordamos de la tremenda reflexión de Albert Einstein después de la bomba en Hiroshima y Nagasaki en el 45: Si hubiese previsto esto hubiera sido fontanero.

Puede pensarse que lo dijo en el inevitable momento emocional de la catástrofe que no habría llegado a ocurrir sin su aporte de la fórmula de la velocidad de la luz.

También puede decirse que la culpa es del humanito que somos, que se cree mucho y es poquito; ese que en su demencia fue capaz de convertir el avance maravilloso de su fórmula del universo, en una bomba, y que su autor no tiene por qué pensar que tendría que haber evitado su aventura de pensamiento.

Una cosa es la herramienta del conocimiento y otra lo que se haga con ella. Es mejor trabajar la tierra con una pala que con las uñas, pero se corre el riesgo de usarla para darse en la cabeza.

En la elección de qué hacer con la herramienta, entramos en el campo de la política, que va a afectar a muchos hombres.

¿Vale el goce y la aventura de la creación de unos pocos, el precio horroroso que pagarán muchos? A esto Einstein contesta que no.

Esto mismo lo planteó Picasso cuando dijo que en un incendio en que hay que elegir entre salvar a un gato o a una de sus obras, elegiría al gato.

Es por lo tanto una cuestión de fondo, porque evitar el sufrimiento a la mayor cantidad de personas nos parece lo esencial.

Por eso, ante la carga de la ideología del cognitivismo, la pregunta de fondo es:¿Qué política de civilización queremos, la del hombre-número o la del psicoanálisis?

Si no es un proceso de tratamiento de la información ¿qué es el humanito?

Desde el punto de vista del psicoanálisis, opuesto a la corriente cognitiva, el humanito es el sujeto que procesa el goce.

¿Qué es el goce?

El sujeto no está limitado a su software sino que se produce constantemente a sí mismo. ¿Puede captarse este vértigo? Eso es lo que quiere evitar el informatismo. Entendemos por qué lo quiere hacer: para evitar al humanito la angustia de pensar. Pero al evitar el pensamiento también se pierde el goce.
En esta concepción, el goce es la búsqueda del estilo de ser y de vida del sujeto en el vaivén entre su desaparición y su producción permanente es lo que llamamos surf existencial.

2 comentarios:

  1. Hola Luis Eduardo:

    Quizá lo que Einstein y Picasso nos muestran es el "humanismo" en su sentido más estricto, el amor por el conocimiento (studia humanitatis) además de la exsaltación del hombre por encima de cualquier otro ser existente.

    En este nivel, el cognitivismo borra la hegemonía del hombre al estudiarlo como animal o cosa, y si bien el psicoanálisis incluso desplaza la primacía de la conciencia, no por ello deja de considerar al estudio del subjetivismo, la casuística, como un elemento importante para el estudio del humano.

    ¡Saludos desde México!

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  2. Estimado José:

    Repasando el blog veo que no he contestado tu amable nota (quizás lo haya hecho por e.mail, no lo recuerdo). Mis sentidas excusas.
    Te diría que el psicoanálisis no rechaza la casuística, pero no es en lo que centra su clínica. Esta se basa en el descubrimiento del inconsciente que es el aporte freudiano.

    Un gran saludo

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