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domingo, 21 de junio de 2009

EL TONTO Y EL INTELIGENTE A LAS PUERTAS DEL PARAÍSO

- Du-du-Da-da -


Entre la vida contemplativa y la activa, Raúl Rivero, en su columna “Tinta rápida”, de escritura impecable, del diario El Mundo, 6 de octubre de 2008, traza una serie de paralelismos sorprendentes y termina diciendo que la receta de la vida es la serenidad, disfrutar de la deliciosa tontería de ver cómo cae una llovizna.


Me he sentido identificado con esta igualación del inteligente con el que le falta un hervor. Será porque yo nunca termino de decidirme en cuál de los dos bandos figuro. Para Rivero, no son dos sino uno. Eso me consuela y me deja imaginarme vanidosamente sabio: al final está bien no saber quién soy.

Por el arduo camino de tratar de hacer las cosas bien, de actuar con inteligencia y decisión, el hombre activo va luchando por sus fueros, hasta que al final se da cuenta de que no ha podido resolver los grandes problemas, porque la vida es en esencia problemática, y toda empresa para lograr soluciones está invalidada desde el vamos. La vida no puede superar los problemas, porque ella misma tiene un carácter problemático.

Si con luchas e ideales, el bravo hombre de acción, ve que este carácter hace que la vida no pueda llegar al ideal; que este camino hacia un fin deseado no le deja otro consuelo que asumir que la vida es lucha; el hombre al que le falta un hervor puede resultar más inteligente, desde el punto de vista de la vida misma que, en sí, no es nada extraordinaria.

Esta reflexión, que iguala a todos, me hace acordar de la teoría del signficante del Dr. Lacan.

Cuando empezaba mis estudios de psicoanálisis allá por los años setenta, mi profesor Juanqui Indart, ante la pregunta de qué quería decir la teoría del significante, me dijo que significaba que éramos unos bobos que movíamos la cabeza diciendo du-du-da-da. La respuesta me impresionó y me ha acompañado desde entonces. No sé que le habrá pasado al profesor Indart con este conocimiento, pero a mí se me convirtió en una especie de destino. Que todo el sujeto esté producido por una ruedita de elementos vacíos de sentido, que construyen el pensamiento, me parece realmente fantástico.

Será por eso que a veces los humanitos nos dedicamos a tantas fantasmagorías. Que nuestras vidas, con toda la trascendencia que tienen por ser lo que somos, están hechas por otro lado, de un material que combina sentidos. No está mal, pero no resulta esto de una materia trascendente.

A lo mejor por eso mismo nos volvemos maniáticos de tener alguna trascendencia. Me produce asombro y no decepción.

En realidad yo había sido siempre un niño un poco rarito, una persona que había mirado como por debajo de la alfombra del cuadro de Dalí en que un perrito, empujando con su hocico el borde del mundo, muestra que el mundo es la alfombra. ¿Qué cubre la alfombra? La ruedita de significantes.

Este descubrimiento me reconcilió con la vida, me hizo tomármela en serio pero en su justa medida de comicidad. A otros los deprime. En este caso he tenido suerte.

Freud escribió un libro bien gordo sobre la relación del chiste con lo inconsciente.

La vida humana es seria porque está fundamentada en lo cómico, que no es otra cosa que el hecho de que el sentido es efecto y no causa.

Que el sentido de las cosas fundamentales, podría ser otro cualquiera.

Porque el sujeto del inconsciente es un bobo que dice du-du-da-da. Porque algo piensa en nuestro interior, que es lo que liga la mente con la naturaleza: La ruedita del significante, un mecanismo.

Es un descubrimiento de vértigo.

Ante este descubrimiento algunos han tenido tentaciones de buscar un final, algo que fije tanta combinación infinita.

Otros han elegido una ideología de la decepción. Otros aún han elegido el goce.

En este último punto se me junta mi posible inteligencia y mi segura falta de hervor.

Como si me hubiera pasando la existencia con una patita a cada lado de la alfombra de lo que se puede ver, el lado del sentido del mundo. Y de lo que no se puede ver, la ruedita del significante.


Luis Schnitman

Madrid. 20.6.2009

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