
La idea que nos planteamos es: Ser culto es no ser neurótico.
Lejos de la noción que identifica la cultura con estar informado en el sentido académico, entendemos que una persona que no tiene bloqueos en su pensamiento puede leer la naturaleza del mundo en cualquier escena cotidiana; hasta en la más anodina está representado todo el universo simbólico que habitamos.
Una vez al poeta Joaquín Sabina le preguntaron cómo hacía para ver tanta belleza en las cosas cotidianas, a lo que contestó: teniendo los ojos abiertos.
Lo que cierra los ojos es la neurosis, que confunde el pensamiento.
Es culto aquel que tiene en su mirada el horizonte de su tiempo, para lo que no es necesaria la información académica sino la formación del pensamiento.
No ser neurótico abre los ojos del alma aunque seas analfabeta.
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