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domingo, 5 de junio de 2011

EL SAGRADO OBJETO DE LA IDEOLOGÍA

La ideología, el enfoque, el modo de comprender los objetos del mundo, fija el imaginario psíquico, dando forma a la identidad.

Los rituales - cotidianos, teóricos, amorosos, laborales, religiosos, en última instancia cualquier tipo de rutina – actúan como ayuda memoria del objeto de la ideología.

Funcionamos mediante unas ideologías y unas formas de comportamiento.

El imaginario humano no puede terminar de conformarse, por lo que se reconfigura permanentemente.

Esta aparente inestabilidad produce un nivel de angustia que amenaza con poner en crisis al sujeto; por eso puede entenderse que el objeto de la ideología tenga un carácter sagrado en tanto garantiza su supervivencia.

¿Puede haber algo que sustituya esta garantía?

No es posible prescindir del objeto de la ideología, de una forma de concebir la realidad.

Sin embargo, el arte es la mirada menos ingenua sobre la realidad, ya que sabe de su naturaleza parcial y por eso la recrea. La ideología del arte posee en sí misma su autocrítica.

¿Qué ventaja tiene este desplazamiento de la referencia?

Que al crear una distancia entre el sujeto y su verdad, evita el fanatismo.

Como en el cuadro que acompaña este texto, el arte permite al humanito cambiarse la cabeza.

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