
Las zanahorias en la nevera Hacemos unas reflexiones sobre la naturaleza de lo que se ha denominado “pensamiento débil” en algunas corrientes filosóficas actuales. Cuando dejamos en la nevera una paquete de zanahorias abierto, con su cubierta de papel celofán, a pesar de que el envase quede ampliamente abierto tarda mucho más en secarse que cuando las dejamos completamente expuestas al interior de la nevera. Se podría suponer con bastante razón que como en ambos casos están expuestas al aire de la nevera, se tendrían que ver afectadas de la misma manera. Esto ocurre porque a pesar de estar abierto conserva un micro ambiente con la humedad producida por las zanahorias a pesar de estar en contacto con el aire seco de la nevera. Esto me ha hecho pensar que en esta situación uno podría decir: las dejo al aire que no pasa nada, total qué diferencia hay entre dejarla del todo al aire o en contacto con el mismo aire pero dentro de la bandeja. Y sin embargo… sería un argumento irreal, como hemos comprobado. Es la diferencia entre el pensamiento “fuerte” y el pensamiento “débil”. El fuerte tiene apariencia de eficaz, pero el débil tiene en cuenta factores que no se ven a simple vista pero que están en la estructura real de la situación. El uno es un pensamiento basado en las apariencias y el último en la estructura real de la situación.
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